Mapuches, piñones y a disfrutar el invierno

Un vinito caliente al terminar las actividades en la nieve reconfortará a los turistas que elijan Villa Pehuenia.

"Queremos mostrar que no es una villa más, es la naturaleza y la aventura en su máxima expresión, son las montañas que nos rodean, es el silencio cordillerano, son los mapuches que aquí viven, son los colores de nuestra flora en cada estación del año". Con esas palabras los operadores turísticos promocionan los encantos de Villa Pehuenia, la aldea de montaña, ubicada sobre la costa del lago Aluminé en Neuquén.

Son muchos los datos pintorescos que no se conocen de este enclave y que de cara a la estación fría conviene develar para todos los que ansían un encuentro cercano con la Patagonia durante el invierno. Por ejemplo que tiene cerca de 1.600 habitantes distribuidos en los poblados de Villa Pehuenia, Villa Unión, Villa Italia, Moquehue, La Angostura y Lonco Luan.

Una gran parte de ellos pertenece a las dos comunidades mapuches predominantes en la zona: la comunidad Puel y la comunidad Catalán. Tampoco es muy conocido que la zona tiene un paisaje particular caracterizado por la abundancia del pehuén, al cual la villa debe su nombre. Las concentraciones de pehuenes son las que conforman el paisaje típico de todo el área Pehuenia y dan una personalidad singular a este lugar.

Sus semillas -denominadas piñones- fueron durante muchos años la base de la alimentación de los mapuches, y aún hoy sigue siendo un ingrediente importante en su dieta.

En cuanto a las comodidades para el turismo, los anfitriones aseguran orgullosos que la villa cuenta con una creciente oferta de servicios. Así en materia gastronómica hay 10 restaurantes, todos con especialidades distintas: trucha, ciervo, pastas, ahumados, parrilla y fondue, entre otros.

Se avecina la nieve

En época invernal una de las principales convocatorias es en el centro Batea Mahuida para hacer snowboard o esquí, pasear en trineos tirados por perros y encarar caminatas con raquetas de nieve.

La característica esencial de este parque de nieve, es la temprana acumulación nívea y su extensa permanencia que permite disfrutar del manto blanco durante casi 5 meses. Las laderas elegidas para la práctica de deportes de invierno son las de mayor acumulación de nieve, y las más reparadas del viento.

La pista principal llamada Monkol (nombre cultural y natural del lugar donde esta el T-bar), de 700 metros de longitud, se encuentra a 1.700 metros sobre el nivel del mar. Otra de las pistas, la Chankin, se extiende por 150 metros de longitud, con su medio de elevación, un poma o ski lif. Posee otra pista alternativa llamada Quethoco con posibilidad de volver al T-Bar, con la ampliación de 800 metros de pistas.

Pista de trineos exclusiva para niños, escuela de esquí e instructores de la comunidad mapuche que enseñan las modalidades de esquí alpino y nórdico, son algunas de los servicios.

Fuente: Los Andes Online
http://www.losandes.com.ar/notas/2010/5/30/turismo-492628.asp

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