La amarilla estepa patagónica se esfuma lentamente hacia el Atlántico, donde extensas playas, grutas y acantilados albergan importantes reservorios de fauna marina. El recorrido costero, que se extiende desde el norte de Río Negro hasta Tierra del Fuego, devela no sólo una de las más deslumbrantes geografías del mundo sino su mística, alimentada por antiguos naufragios y relatos de inmigrantes. Destinos clásicos y otros no tanto de esa ruta se preparan, con algunas novedades, para recibir a los turistas este verano.
El Cóndor, 30 km al sur de Viedma, capital de Río Negro, es el portal de ingreso a la Patagonia atlántica y el punto inicial de la “Ruta de los Acantilados”. En febrero celebrará la Fiesta del Mar y del Acampante, con recitales y actividades recreativas. “Es una de las mejores propuestas de Río Negro en verano. Sus costas bajas, con extensas playas de arena ofrecen una imponente belleza natural y gran variedad de actividades recreativas y deportivas, como carrovelismo, kitesurf, windsurf, pesca, safari fotográfico y avistaje de 121 variedades de aves”, recomienda Luis Nicoletti, responsable de Prensa, Comunicación y Difusión del Ministerio de Turismo de Río Negro.
El Cóndor es uno de los rincones preciados de la costa rionegrina, menos famosos que Las Grutas, elegido por el sol interminable, que se pone a las 21 hs. A las actividades de aventura se sumarán este verano competencias deportivas y festivales culturales que culminarán con la tradicional “Salmoneada” al aire libre.
Puerto Madryn, en Chubut, tiene más de 30 km de playas: de arenas finas y blancas, de caracoles o de canto rodado. Desde allí parten excursiones a la Península de Valdés –con muy completa información en el Centro de Interpretación del itsmo Ameghino–, uno de los ecosistemas más valiosos del mundo.
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http://www.365patagonia.com/chubut/costa-patagonica-playas-familiares-y-reservas-naturales_nota1322.html
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